Millennials, Centennials y NiNi´s de Medellín

Los cambios generacionales que se han registrado, demarcan límites entre los perfiles de unos y otros. Se habla de los Baby Boomers, como la generación posterior a la segunda guerra, es decir, los nacidos desde 1945 hasta los años sesenta. Entre los 60 y los 80 nacieron los correspondientes a la generación X, entre los 80 y el 2000 nacieron los Y con poca tecnología y nacieron los Millennials con acceso a tecnología; entre el 2000 y el 2010 los conocidos Centennialls. Se supone que esta es la comprensión que debemos tener de los comportamientos de los sujetos en el mundo y en la mayoría de los territorios aplican tal y como los describe la teoría. No obstante en Colombia y en especial en Medellín, los perfiles pueden ser muy disímiles.

Medellín se ha convertido en un centro artístico, cultural y científico que está atrayendo las miradas de todo el mundo.

Los diversos fenómenos de violencia y las diferentes acciones sociales, provenientes de los mismos territorios, han hecho de los jóvenes de los barrios de la ciudad un perfil diferente de lo que podría esperarse.

Por una parte, lo que en el mundo se conoce como la generación X, en la cual el ideal es el alcanzar la riqueza siendo muy jóvenes mediante estrategias de relacionamiento, proyectos y propuestas agresivas, dista mucho de lo que fue nuestra generación X, a la cual en el país se le llama la generación perdida y que se caracterizó por una radical ausencia de valores y la búsqueda del dinero fácil.

En contraste nuestra generación de Baby Boomers, se comportó como dice el perfil.

En consecuencia nuestra generación Y, además de la soledad y falta de afecto de los padres ausentes que sufrieron todos sus contemporáneos, vivieron la crudeza de los rezagos de la violencia. Mientras en otras partes del mundo, los Y son personas consientes, ambientalistas y humanistas, nuestros Y´s se debaten entre el dolor y los discursos vacíos de esperanza.

En este escenario de los Y´s, se iniciaron nuestros Millennials y nuestros Centennials, jóvenes que de igual manera sufrieron de soledad y falta de afecto como sus antecesores, pero a los cuales el hecho de ser nativos digitales les cambió el chip mental y sus discursos de vida recogen otros elementos esperanzadores, tales como el arte, el medio ambiente y la recuperación social, y todo esto bajo los mismos escenarios de violencia que todos han vivido.

Es indudable que todavía muchos caen en el proceso de la vida rápida y corta de un “Rodrigo D, no futuro” o de una “Vendedora de Rosas”, como fruto de la pérdida de sentido en una sociedad salvaje, no obstante, la mentalidad ha cambiado y en este momento está ávida de nuevos lenguajes, corroborando lo que explica el japonés Koji Miyamoto.

Este análisis de las generaciones y cómo lo afectan los fenómenos sociales, permite tener una visión más cercana a lo que podría ser una estructura de “aspiracionales” real, y no sólo como lo dicta la teoría y permite detectar, cómo aquello a lo que algunos académicos han optado por llamarlos los NiNi´s, pues ni estudian ni trabajan, es solamente un cúmulo de vacíos entre lo que la mente de estos jóvenes desean y las oportunidades que les brinda el escenario político y económico.

Además estos NiNi´s tienen comportamientos fruto de la sobre estimulación a la que fueron sometidos por parte de los Millennials, por lo que es natural que muy pocas cosas les guste o les sorprenda y casi todo les aburre.

 “Ni estudian, ni trabajan, tampoco buscan emplearse y, en el 80 % de los casos, pertenecen a estratos bajos. Esas son las características que a grandes rasgos definen a los 580.000 NiNi´s de entre los 15 y los 24 años que existen en Colombia, 370.000 mujeres y 212.000 hombres. Es lo que se desprende del estudio ‘Perfil juvenil urbano de la inactividad y el desempleo en el país’ realizado por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario en las 13 principales ciudades el país.

El documento alerta de la vulnerabilidad de la que son objetos estas personas: no solo se convierten en sujetos improductivos, sino que dejan de avanzar en su trayectoria académica, no acceden a experiencia laboral y se marginan de los espacios económicos y sociales.

“El fenómeno de los NiNi´s está directamente relacionado con el hecho de que para una buena parte de los jóvenes la educación no resulta atractiva, no les parece rentable o bien los sistemas de retención educativa no están funcionando”, recoge el documento.

Para Martha Pinto, directora del Centro de Liderazgo y Gestión, el desempleo al que están sujetas estas personas está estrechamente ligado a la pertinencia del sistema educativo”. Revista Semana 21 de julio de 2017.

De acuerdo a nuestra propia observación, es posible creer que los NiNi´s latinoamericanos se parezcan relativamente poco a los NiNi´s del resto del mundo. Nuestros Jóvenes entre 15 y 24 años, sometidos a una fuerte presión económica, son más activos de lo que se piensa.

En lo educativo

Las palabras mágicas para este perfil son la “experiencia” y el aprendizaje multisensorial y el poder convertir estos elementos en oportunidades económicas que les permitan construir un proyecto de vida en un territorio sano.

Esto implica varios elementos, la suma entre la tecnología, el arte en todas sus manifestaciones y el medio ambiente, en un escenario de emprendimiento y múltiples relaciones de convivencia. Cinco factores aprendidos bajo el esquema lúdico – constructivista que debe leerse como educación divertida y que en su conjunto estructuran personas diferentes, con deseos de aprender, construir y aportar. El único lenguaje que quieren escuchar tanto en el estudio como en el trabajo es el del entretenimiento. Siendo que en su mayoría son personas con pocos recursos económicos, los jóvenes de Medellín, en esto sí igual a sus contemporáneos Millennials y Centennials, no desean ser encasillados en una tarea específica, son cada vez más tecnológicos y desean altos niveles de movilidad.

En este sentido, les son muy atractivas carreras relacionadas con las diversas ingenierías, por lo que estas son las más demandadas en la ciudad, muy por encima de las carreras tradicionales.

De todas maneras, un aspecto sigue siendo particular porque sus consideraciones se pudieran calificar de sexistas y es que una tendencia de aprendizaje tienen los Millennials y Centennials y otra las Millennials y Centennials.

Siendo que ambos son tecnológicos y humanistas, ellos son más tecnológicos y ellas más humanistas. Esto puede deberse a una serie de prejuicios que tiene la cultura acerca del aprendizaje de la mujer.

En lo laboral

A pesar de que sobre el tema de lo diferente que son los Millennials y los Centennials de lo que conocemos como perfiles laborales, todavía seguimos viendo convocatorias que piden de tres a cinco o más años de experiencia en los cargos, cuando se sabe que estas dos generaciones son altamente flotantes, como también son altamente talentos. Uno de los dos está equivocado o el proceso de selección o el comportamiento social.

Lo cierto es que siempre ha sido un error pedir experiencia en determinada labor, pues a no ser que se trate del manejo de una maquina o de una cirugía de cerebro, la experiencia como tal es irrelevante, pues se recicla la mediocridad que otros desechan y lo que se debe buscar es el talento para cumplir la tarea.

En este sentido, gratamente, escuché el testimonio de un directivo de Virgin Mobile, al expresar que mucha de la estrategia tecnológica en su organización la manejan un auxiliar de enfermería y otra persona que no es ingeniero, pues para su organización, el talento está en las pasiones y por eso piensan retener lo más posible a estos dos sujetos.

Si hubiese sido por su profesión o por su experiencia nunca habrían tenido la oportunidad de ser los líderes tecnológicos que hoy son.

Por supuesto, esto implica que es necesario recomponer, rediseñar y crear nuevas metodologías para seleccionar a estos empleados de tal manera que se alineen las pasiones y los talentos a los objetivos corporativos.

Y por otro lado, es necesario comprender que la cultura corporativa y los estilos de dirección son vitales para la retención de estos talentos.

Necesitan espacio, coherencia, sentir que tienen un propósito, sentir que encajan y que tienen la oportunidad de crecer y mejorar. No sea como una empresa aérea de pasajeros que se ufana de tener “salas de diversión”, a las cuales nadie de los Contac Center puede ir porque están sobre cargado de trabajo.

Entre otros tantos casos similares. O como una muy importante empresa de servicios públicos que tiene un muy escaso y muy pobre WIFI y que limita la conexión de sus empleados a las redes, sabiendo que hoy en día, el empresario sabe que debe convertir las redes de sus empleados en una extensión de su potencial comunicacional. Póngale reglas e incentívelo, pero no lo prohíba, es peor.

En el comercio

Es indudable también que la manera de comprar se está transformando.

El dinero les importa pero el mundo también. Los Millennials y los Centennials se preocupan de dónde vienen los productos y servicios y cuál es su impacto ambiental y social.

Comprar casas o apartamentos, si bien nunca dejará de ser importante, ya no está en el máximo de sus prioridades, como sí lo está el viajar y conocer el mundo. Comercio Justo, Negocios Verdes, Responsabilidad Social, Gobierno Transparente, son cosas que les importan a la hora de comprar.

Están, de una manera incipiente, desarrollando las economías colaborativas, entre ellas, la del trueque.

Son exigentes con las marcas, los servicios y se fijan que los productos estén respaldados por la tecnología y una comunicación omnicanal.

Sus palabras mágicas a la hora de comprar – y para casi todo – es que lo que sea, sea rápido, práctico y divertido. Tres palabras que estamos obligados a incorporar a la hora de crear productos y servicios y crear en torno a ellos toda una experiencia multisensorial de compra.

Ya sé que estoy soñando un poco al creer que ese sujeto que siempre ha tenido alma de comerciante, que en su cabeza sólo tiene dos neuronas, una para reducir costos y otra para las ventas “como sea”, se detenga a pensar que los mercados están cambiando de una manera abrumadora.

Como cierto dueño de una cadena de almacenes de ropa que se enojó conmigo cuando le dije que a sus almacenes sólo estaban entrando las “viejitas” (sin ofender) la mayoría de sus clientes son mayores de 45 años, cuando él pensaba que era un líder de la moda juvenil.

No me lo inventé yo, fui a cada almacén y me quedé cuatro horas en promedio en cada uno viendo quién entraba.

Este fue uno de esos casos en los que es palpable que los negocios se parecen a sus líderes y en este caso, él no estaba dispuesto a escuchar, como era evidente que tampoco escuchaba a sus clientes.

La relación con estas generaciones de clientes es radicalmente diferente de lo que nosotros conocemos y lo va a ser aún más. Ya no es un tema del futuro, es un tema del ahora, ya no se trata de prepararse para estar listo para los cambios, ya es que quien sea rápido, práctico y divertido, actualizado y en la jugada, es quien va a prosperar.

Wilson Garzón Morales

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